Giordano Bruno, mártir de la ciencia, nació en Nola, en el entonces Reino de Nápoles, en 1548, y falleció en una hoguera de la Inquisición, en Roma, en 1600. Viajó por toda Europa y publicó numerosos libros sobre filosofía, matemáticas e incluso magia. Su ímpetu filosófico le apuntaló los cimientos a la ciencia moderna, al defender un sistema cósmico que todavía reconocemos.
Bruno fue un librepensador ambicioso que cosechó conocimientos heterógeneos, desde el misticismo ocultista a la escolástica medieval, pasando por la astrología árabe y Averroes, y recuperando para la posteridad las antiguas escuelas presocráticas, cuyas intuiciones y deducciones nos inspiran todavía hoy. Del universo y los mundos infinitos pertenece a una trilogía de diálogos escritos en italiano durante su estancia en Inglaterra.
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